EXTRACCIÓN DEL TOXICO ABSORBIDO.
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DIURESIS FORZADA. De todos los métodos extractivos, la vía renal es el menos complejo y el más accesible, aunque no esté exento de riesgos. Instaurar una diuresis forzada significa conseguir una comprendida entre 5 y 10ml/min. (500m1/h). La eliminación de sustancias por vía renal está condicionada por la filtración glomerular y la reabsorción tubular, por lo que para promoverla se puede actuar sobre uno o los dos niveles:
El grado de ionización de una sustancia puede modificarse mediante una variación del pH en función del pH propio de cada sustancia. Generalmente los ácidos débiles tienen una mayor ionización en un pH alcalino y las bases débiles su mayor ionización en un pH ácido. Cuando el pH del medio es igual al pH de una molécula dada se obtiene una ionización del 50% en esta, por lo que modificando el pH de la orina se puede disminuir la reabsorción tubular.
DEPURACIÓN EXTRARRENAL. En las intoxicaciones agudas graves puede estar indicada la utilización de una técnica depurativa con capacidad extractiva superior a la vía renal, si el tóxico es hidrosoluble y poco unido a las proteínas plasmáticas (diálisis peritoneal, hemodiálisis) o que tenga capacidad depurativa, a pesar de que el tóxico esté altamente unido a las proteínas plasmáticas y sea liposoluble (hemoperfusión). Para un tóxico con un volumen de distribución aparente amplio, el efecto depurativo real será muy escaso a pesar de que el aclaramiento plasmático por cualquiera de las técnicas anteriores sea elevado. Las técnicas mas usadas son : Hemodiálisis, diálisis peritoneal y hemoperfusión
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