Control de síntomas:

Para tener un buen control de síntomas hay que hacer una valoración minuciosa diariamente. El tratamiento tiene que ser integral (de todos y cada uno de los síntomas) incluyendo el apoyo emocional y espiritual (respetando sus creencias). Para un tratamiento individualizado es necesario conocer al paciente profundamente valorando su sintomatología, situación social, medio familiar, domicilio, creencias, etc.