La primera consideración a tener en cuenta durante el TS, ya sea primario ó programado (secundario y terciario), es el fuerte impacto psicológico que supone para el paciente consciente. Este impacto se minimiza informando al enfermo, si es posible, y a familiares o acompañantes sobre las actividades terapéuticas que se llevaran a cabo, el por qué del traslado, las dificultades del mismo, el tiempo aproximado de llegada y el lugar de destino.
Una vez señalado este aspecto, debemos considerar que movilizar a un paciente, independientemente del medio de transporte utilizado, conlleva la acción de una serie de elementos externos sobre él mismo, sobre el personal que le atiende e incluso sobre el material utilizado. Estos factores conllevan unos cambios fisiológicos que pueden agravar el estado del paciente, por lo que es importante conocerlos. Los cambios fisiológicos se producen por efecto, entre otros, de la gravedad, del ruido, de las vibraciones, de la temperatura, turbulencias y altura.
GRAVEDAD. ACELERACION DESACELERACION.
Los cambios de velocidad durante el TS, tanto aumentos (aceleración) como disminuciones (desaceleración) de la misma, ocasionan cambios fisiológicos en el organismo. Las aceleraciones-desaceleraciones provocan desplazamientos de líquidos y masas dentro del organismo. Estos desplazamientos son captados por receptores orgánicos provocando respuestas que pueden ir desde alteraciones en la presión intracraneal, descenso en la tensión arterial y aumento en la frecuencia cardiaca, hasta malestar general y cuadros vagales.
En el TS terrestre la aceleración longitudinal es la de mayor significación; siendo de mayor importancia las aceleraciones transversales ó antero-posterior en el TS en helicóptero. Por todo lo anterior tendremos en cuenta lo siguiente:
- Evitar en lo posible, aceleraciones-desaceleraciones bruscas realizando una conducción regular y prudente.
- La posición del paciente variará según el tipo de TS:
- TS terrestre. Paciente en decúbito-supino con la cabeza en el sentido de la dirección de marcha.
- TS aéreo. En posición transversal ó en el sentido contrario a la dirección de la marcha.
- Correcto anclaje de la camilla al vehículo y del paciente en la camilla, utilizando incluso el colchón de vacío para su perfecta inmovilización.
- Utilización de cinturones de seguridad por el personal acompañante.
- Correcta fijación y protección del material y utilización de bombas de infusión para la administración de drogas vasoactivas.
RUIDO.
Según el tipo de TS utilizado, la fuente de ruidos y su nivel de intensidad variará. Así en el transporte terrestre el ruido es originado principalmente por las sirenas de las ambulancias; aunque también hay que tener en cuenta el procedente del tráfico de las carreteras, el material electromédico almacenado y el propio ruido del vehículo. En el transporte aéreo, especialmente en los helicópteros, el nivel de ruidos es muy alto, de hasta 110 decibelios.
De lo expuesto podemos concluir:
- Utilizar las sirenas de las ambulancias, sólo si es imprescindible,
- El ruido puede impedir realizar determinadas actividades como la auscultación del paciente, la toma de tensión arterial, la escucha de alarmas sonoras, etc.
- Teniendo en cuenta que niveles de ruido de 70 db. provocan alteraciones del sueño en adultos y cambios en la frecuencia cardiaca y vasoconstricción periférica en el neonato, además de provocar fenómenos de ansiedad y cuadros vegetativos; sería conveniente tomar medidas de protección acústica para el paciente, sobre todo en el TS aéreo.
VIBRACIONES.
Las vibraciones se pueden reducir de las siguientes formas:
- Vehículos de TS en perfecto estado mecánico.
- Suspensión adecuada y en perfecto estado.
- Utilización de camillas flotantes.
- Inmovilización del paciente con colchón de vacío.
TEMPERATURA.
La hipotermia e hipertermia provocan alteraciones fisiológicas en el organismo.
La hipotermia, a la que es especialmente sensible el paciente traumatizado expuesto al aire ambiente, puede provocar desde escalofríos hasta colapso vascular. La hipertermia provoca vasodilatación periférica y alteraciones metabólicas por aumento de la sudoración. Todo esto se puede evitar:
- Sistema de acondicionamiento de aire en el vehículo.
- Uso de mantas térmicas.
- Evitar, en lo posible, la exposición de los vehículos de TS al frío o al calor.
TURBULENCIAS.
Son provocadas por el aire que atraviesa el vehículo de TS aéreo. Origina sacudidas bruscas que pueden ser fuente de errores de monitorización y malfuncionamiento. Todo ello se evita con un buen sistema de fijación que mantenga sujetos a personas y material.
ALTURA.
La disminución de la presión parcial de oxígeno y descenso de la presión atmosférica determina los efectos fundamentales que la altura provoca en el que vuela.
Los efectos fisiológicos de la hipoxemia se producen a partir de los 1000 m. Entre ellos destaca el aumento del gasto cardiaco e hiperventilación refleja, alcalosis respiratoria, tetania e inconsciencia. Así, pacientes con insuficiencia respiratoria ó cardiaca, hipovolemia, anemia, shock, etc, se pueden desestabilizar. Como medida fundamental modificaremos la Fi O2 monitorizando la presión parcial de O2 mediante pulsioximetría.
Los cambios de PRESION que acompañan a los cambios de altitud pueden afectar a pacientes y a un gran número de aparatos médicos. |