UNIDAD 8
AL-ANDALUS
A. TEXTO
En el año 711 unos siete mil bereberes cruzan el estrecho de Gibraltar al mando de Tarik. Derrotan en la batalla del Guadalete al rey visigodo Rodrigo e inician la expansión por la península. Poco más tarde toman Toledo, capital del reino, poniendo fin a la España visigoda. Al año siguiente Musa refuerza los efectivos con una nueva expedición de árabes y bereberes. La población ofrece poca resistencia a las tropas invasoras. Ciudades como Sevilla, Mérida o Zaragoza van cayendo a su paso. Las incursiones alcanzan a toda la península, cruzando incluso los Pirineos hasta Poitiers. La batalla de Covadonga (722) y la derrota frente a los ejércitos de Carlos Martel (732) definirán las fronteras de Al-Andalus, nombre con el que rebautizarán Hispania.
Al-Andalus se integrará en el imperio árabe en forma de emirato dependiente hasta el 756. En esos años tiene lugar la ocupación y el asentamiento en la península. En adelante, y tras esa fecha, podríamos dividir la presencia musulmana en tres etapas: el emirato independiente, el califato y los reinos de taifas.
ESPAÑA EN TIEMPOS DE AL ANDALUS
Emirato independiente de Córdoba (756-912)
En el 756 el omeya Abderrahmán I rompe la dependencia de los emires de Al-Andalus con Damasco y se proclama emir, fundando un nuevo estado. La compleja sociedad de Al-Andalus, formada por árabes, bereberes, muladíes (cristianos convertidos al Islam), mozárabes (cristianos que conservan su religión) y judíos provoca una inicial intolerancia que no pocas veces acaba en motines aplastados por las autoridades. Ello, sin embargo, va encajando poco a poco hasta convertirse en una sociedad tolerante en que las tres grandes religiones convivieron respetuosamente.
El emirato toma el modelo de centralización administrativa oriental dirigida por visires. Son años de prosperidad económica. Las ciudades se convierten en centros artesanales y comerciales, mientras el campo experimenta la introducción de nuevos cultivos y la importación de prácticas agrícolas de otras partes del imperio. Se inician grandes obras públicas, como la ampliación de la mezquita de Córdoba.
Califato de Córdoba (912-1031)
Proclamado emir en el 912, Abderrahmán III frena la expansión cristiana y somete a Castilla, León y Navarra a su vasallaje. En el 929 se proclamó califa y guía de los creyentes, rompiendo cualquier dependencia política o religiosa con oriente. Comienza así una de las páginas más importantes en la presencia árabe en España. La paz interior coincide con el desarrollo económico y el florecimiento cultural de ciudades como Córdoba, capital del califato y principal ciudad de toda Europa. A su mezquita, iniciada por Abderrahmán I y ampliada por Abderrahmán II, Alhakán II y Almanzor, se suma la construcción de Medina Azahara o la fundación de la primera escuela médica del continente. La agricultura, la ganadería, la artesanía y el comercio sostienen una prosperidad sin parangón en toda Europa.
LA MEZQUITA DE CÓRDOBA
Serán años también de intentos de expansión en los territorios dominados por los cristianos. La reorganización y ampliación del ejército hacen posible numerosas incursiones hacia el norte, llegándose hasta Santiago de Compostela, León o Barcelona. Finalmente, las disputas internas y el posicionamiento de la nobleza cordobesa del lado de una u otra facción terminarán con la descomposición del califato y la aparición de hasta una veintena de reinos de taifas.
LA ALHAMBRA DE GRANADA
Reinos de taifas (1031-1492)
Los reinos de taifas supusieron el principio del fin de la presencia árabe en la península. Las discordias y luchas intestinas entre ellos ayudarán indirectamente a la expansión cristiana, que poco a poco van conquistando estos reinos. Aún habrá ejemplos de importantes florecimientos económicos y culturales. La conquista en 1085 del reino taifa de Toledo por el rey castellano Alfonso VI provocó la llamada de auxilio del resto a los almorávides norteafricanos. En 1086 desequilibran la situación a favor de los árabes, pero su presencia no fue del todo bien aceptada por la población. Poco después vendrán los almohades para frenar el poder de los primeros. Trasladan la capital a Sevilla y se da un nuevo renacimiento artístico y cultural. En 1212 el rey cristiano Alfonso VIII derrota a los almohades en las Navas de Tolosa. En adelante sólo se mantendrán los reinos árabes de Murcia y Granada, grandes tributarios de los reyes cristianos. El último de ellos, el nazarí de Granada sobrevive hasta 1492, fecha en que los Reyes Católicos deciden poner fin a la presencia árabe en la península.
B. BIBLIOGRAFÍA
Domínguez Ortiz, A. 2000. España, tres milenios de historia. Marcial Pons, Madrid.
García de Cortázar, F. y González Vesga, J.M. 1994. Breve Historia de España Alianza, Madrid.
Fanjul, S. 2001. Al Andalus contra España: la forma del mito. Siglo XXI, Madrid.
C. DOCUMENTO
Di a mi amor
que no dude en verter mi sangre
porque mi sangre le es debida en toda circunstancia
Si derramar mi sangre es tu último deseo
no es un precio elevado
a cambio de tu mirada
Sana’a de la Nuba Garibat al Husayn. Anónimo
قل الحبيب الدي يرضيه سفك دمي دمي حلال له في آلحلال و آلحرم إن كان سفك دمي اقصئ مردكم فما غلت نظرة منكم سفك دمي |